miércoles, 5 de noviembre de 2014

El nacimiento del peronismo


Zapatos gastados con pasos gigantes. 


Una multitud a pie colmó las diversas calles de la República Argentina. Atraídos por ese sentimiento que provocaba el Gral. Perón en ellos, la clase trabajadora se manifestó el 17 de Octubre de 1945 con una lealtad poco vista a lo largo de los años. Impensado sería el triunfo al que condujo la movilización que logró un quiebre en la historia. El peronismo comenzaba a surgir de las semillas que se habían sembrado en los obreros, la clase más humilde.        
El llamado “Aluvión Zoológico” fue el puntapié que terminó de colocar a Perón en el podio de popularidad, que empujado por un golpe militar y en un clima económico ideal lo consagró Presidente de la Nación. Iniciado el fenómeno que tuvo sus raíces fundacionales en el apoyo sindical, más tarde concretado con leyes laborales y en el público femenino beneficiado con la posibilidad de votar; su crecimiento no alcanzaba límite alguno.
Las conquistas sociales se tornaron continuas, Perón lograba acaparar cada vez un mayor territorio. Aguinaldos, vacaciones, industrialización, soberanía sobre los ferrocarriles, fueron los pilares en los que sostuvo su mandato y a su vez enamoraron no sólo a una generación sino continúan siendo un sentimiento compartido de miles de personas en el presente. Pero no todo fue color de rosas para el Gral.
Sus triunfos no fueron así vistos por todas las clases sociales. Las reformas del militar al mando disgustaron a las elites de poder de la época.  El conservador sector del agro y la Iglesia Católica se encontraban en desacuerdo con la nueva era que se vivía. Y sus pies, que desde siempre han pisado fuerte, no tardaron en hacerse sentir.  Dos mandatos, mediante una reelección que él mismo había constitucionalizado, la quita de apoyo al sector religioso tanto económico como público, un sindicalismo en auge que tornaba complicada la vida de los dueños de los medios de producción, entre otros factores, llevaron al declive el mundo que Juan Domingo había creado.
Bombas, desesperación y estruendos. Plaza de Mayo convertida en un ampo de batalla. La marina y la expresión de su descontento. El Gral. caía. Terminaba el reinado de las políticas sociales y los trabajadores contentos. No quedó más remedio que el exilio de ese “virus” del peronismo que se había expandido por toda la sociedad. Es sabido que ese no fue el final. Peron retornó en 1973 y volvió a ser presidente, una vez más. Ese tampoco fue el final.
La sociedad argentina mantuvo ese sentimiento que llevó al poder durante las últimas décadas a gobiernos similares, que se proclamaron peronistas, aunque bastante diferentes a la vez. El kicherismo es su actual representación. Hay quien no duda en comparar a Cristina con Evita. A Juan Domingo con Néstor. A Procrear o Asignación Universal con las reformas que tuvieron lugar desde las elecciones de 1946.
Hay quien compara también el enfrentamiento del gobierno vigente con los medios de comunicación, con el cierre de La prensa en el año 1951. El campo como el rival en común y a su vez como el mejor aliado económico que mantuvo y mantiene al país ante el comercio internacional.  Kichnerismo o en cualquiera de sus variables, el peronismo suma votos a más de 65 años de sus primeros pasos. Continúan los mismos “enemigos”, perduran las mismas “amistades”. Peronista o no, el Gral. marcó un cambio abrupto en la Argentina que jamás se pensó podría verse generado por un militar.


Antonela Musca

El caso Melina, Polémica y dudas


Un mercado que subsiste a muertes


Muchísimas personas son víctimas de delitos a diario en la Argentina. Muchos niños, hombres y mujeres incluso pierden sus vidas envueltos en el clima que se siente. La sociedad en general ha aceptado y aprendido a tomar los recaudos a su alcance para no terminar como aquellos que los medios exhiben frecuentemente, caídos en el campo de batalla del asfalto porteño o los caminos del conurbano.
                Conocidos, vecinos, amigos han llorado por causa de algún delincuente que los sorprendió en la vida, pero no todos los casos trascienden y se vuelven hitos populares. ¿Por qué algunas historias se insertan en la piel de la sociedad gracias a su difusión y otros quedan en el anonimato?  Melina es parte del primer grupo, solo basta decir su nombre de pila para saber de qué se está hablando.
La tragedia de esa jovencita que dejo su vida en la salida de un boliche, su búsqueda intensa, la incógnita de su paradero y su historia antes de lo sucedido, se propago durante semanas y aun la transcurrencia de la identificación de sus asesinos se advierte en la tv o en la radio. Llama la atención, provoca polémica, gana espectadores y pantallas encendidas.
                Morbo, angustia, asociación o intriga. El caso Melina sumó un ejército de voces que la juzgaron a ella, a su familia, a su forma de vivir e incluso a su condición económica. El multimedio con mayor fuerza, el diario Clarín, llegó a catalogarla por asistir a los boliches bailables como “la jovencita que dejo la escuela para ir a bailar en las noches”,  y generó una enorme cantidad de críticas que no tardaron de llegar a las redes sociales.
                Una adolescente asesinada que dejo de ser víctima de quienes la mataron para ser la de quienes mantiene informado al país. Por ser joven, humilde y no estudiar, se pareció leer entre líneas que fue ella misma la culpable de acabar con su propia vida. La carga de una sociedad sobre una espalda que ya nada puede soportar,  que se ha ido. Una memoria que se pudo ensuciar.
                Dudas en torno a la familia, a sus amistades. El surgimiento de la figura de un pai humbanda, las cosas oscuras. Mentes siniestras generalizadas en cada argentino que no castiga a quien causa daño sino a quien lo sufre por no haberlo advertido, no haberlo evitado. Y entre todo el misterio de los días que corrían sin Melina, el silencio de una madre que tardo en denunciar su desaparición  y aumentó ese murmullo mediático que juzgaba a su hija desaparecida.
                Pasa el tiempo y la reputación de Melina se hace aun más difícil de sostener. Sospechosos de su misma edad encarcelados que se declararon culpables tras supuestas golpizas policiales; fiestas de exceso, rituales religiosos, una cotidianeidad de una chica rebelde y liberada. La difusión de la carta de sus profesores trató de apaciguar esa tormenta que giraba en torno al caso pero muy poco se logró.
                Una sociedad    que tiene impregnado el olor a inseguridad, a sangre derramada, que ya no se sorprende por nada. Los medios que alteran, exageran y afirman las supuestas posibilidades convierten el caso en una instancia de conocimiento público. Los diarios, día por medio, le dedican algunas líneas para no perder a ese lector que el asesinato de la joven les dejó.
¿Cuántas denuncias hay en missing children o en las asociaciones de búsqueda de personas? ¿Por qué no conocemos a todas? ¿Quienes  nos cuentan a quien le paso y quien queda en el silencio de su propio velatorio, de su secuestro?
Ángeles también es uno de esos personajes que se volvieron minutos de la  charla de bar en su momento. Se llevó al supuesto asesino, el portero del edificio donde la víctima vivía, junto con su familia a un canal de televisión, a punto que se convirtió en un icono mediático. Se transformó en chistes y cargadas en las redes sociales, tan macabras que hacían referencia a la forma en que se encontró su cadáver.

También resuena aun el nombre Candela. Hay Algo en común  en los casos. Las tres niñas, las tres envueltas en una trama mediatizada y aun  llena de dudas. Las tres familias juzgadas públicamente, sospechadas e interrogadas casi como los mismísimos culpables. Las tres convertidas en historias de  misterio para adherir personas que sigan sus casos, que los consuman. Tres muertes convertidas en productos de mercado


Antonela Musca

domingo, 26 de octubre de 2014

El mayo frances

El mayo francés



Apuntes y herramientas: Presente.


Los libros en la calle, el humo de las fábricas. Revuelta, anarquía, comunismo, la juventud en su máxima expresión. El mes de Mayo de 1968 de Francia se colmó de gritos de estudiantes y obreros que buscaban un cambio, rechazaban al capitalismo y al mandato del presidente De Gaulle y todo lo que esto implicaba. Millones de personas, sumados sindicalistas y partidos políticos se manifestaron pero en el desenlace del conflicto no lograron obtener su último fin, la conducción del estado.
                ¿Qué despertó a esos universitarios de clase media, con un futuro económico asegurado por delante? Sus puños cerrados abocados a la lucha y las banderas flameantes pintando  de rojo el cielo francés, marcaron un punto de partida para lo que fue un contagio masivo a nivel mundial produciendo múltiples manifestaciones de la juventud revolucionaria. Desde Checoslovaquia hasta la República argentina, con el “Cordobazo” se sintió el temblor que dejaron los pasos marchantes de la 1968.
Con un  espíritu por demás creativo, las pancartas y frases continuaron siendo un hito cultural con una enorme carga política. La unión estratégica de obreros y estudiantes que se planteaba llegó a sumar un poder de lucha de millones de puños agitados que buscaban un nuevo régimen.  Fue un fracaso, los jóvenes volvieron a sus casas luego de la convocatoria a elecciones adelantadas y obtuvieron lo mismo que tenían pero en manos de otro de gobierno. “La lucha continua”, planteaban tras la derrota.
                Compuesta de ideas en contra de la sociedad del consumo y el capitalismo, buscando la liberación del trabajador, la libertad y la independencia, la revolución no terminó en esas elecciones presidenciales. De Goulle se había ido, lo reemplazó un representante socialista y las cosas no habían cambiado. Francia seguía como antes, pero…¿ el mundo seguía como antes?
                Durante las barricadas que tuvieron lugar en parís, se acercaron personas de distintas partes de Europa para apoyar lo que sucedía. Italianos, Ingleses, españoles, entre otros cerraron sus puños y caminaron esa primavera. Crearon así, una multitud que debió enfrentarse a la policía una y otra vez sin mas que sus carteles y banderas. Ese sentimiento de lucha, apoyado por intelectuales e izquierdistas, pareció extenderse como un virus sobre la juventud aun años más tarde.
                Pese a la cantidad de manifestantes solo se lamentó un muerto. Durante la revolución, los jóvenes tomaron fabricas y universidades proclamando esa alianza que los convocaba. Pronto perdieron el lugar que habían ganado en las instituciones. El mayo francés no produjo cambios decisivos tal como esperaban sus iniciadores  pero muchos aseguran que les otorgó un sólido fundamento social, visible aun treinta años después.
                Acierto o fracaso. Lo que quedó en claro fue que a partir de ese momento en el suelo parisino eran muchos quienes gritaban “prohibido prohibir” y quienes pese a su comodidad económica no dejaban de ver al mundo con ojos críticos en busca de una mejora social. Y si, eran jóvenes y el “aburrimiento era su peor enemigo.”

Musca Antonela

sábado, 11 de octubre de 2014

La nueva ley de medios audiovisuales


CINCO PUNTOS A FAVOR K

26.522. Cinco números que pusieron de fiesta a los pequeños medios y comunicadores que buscan un lugar para crecer en ese ámbito tan competitivo y monopolizado. Cinco números que marcaron un punto y aparte desde aquella ley que estableció el Gobierno militar en 1980 y rigió la República  veintinueve años desde su creación. Cinco puntos a favor del Kichnerismo en su batalla pública con el multimedios más poderoso del país, Grupo Clarín.
No fue una cuestión de democratización y desconcentración únicamente la sanción de esta polémica ley de regulación de la radio y la televisión. La limitación de licencias que propone la reforma y se contrapone al libertinaje que ofreció el menemismo al intervenir la ley  establecida por Videla busca algo más. Si bien entre sus artículos se pierden las menciones breves de los pueblos originarios, se oculta un juego de poder que va más allá de lo que se puede leer en sus renglones.
Muchas pantallas y pocas manos. Más de un grupo debe adecuarse a la nueva legislación y presentar sus proyectos. Desconcentrar es un beneficio para los pequeños emprendimientos que no pueden hacerse notar en competencia con los monstruos que dominan las radios y televisión de la Argentina. Incluir las nuevas disposiciones con respecto a la diversidad de género, apostar a la inclusión también son impulsores de esta ley pero en realidad esta no es el verdadero motivo que despierta la alegría kicherista desde la sanción de la 26.552.
La conocida rivalidad de Clarín con el gobierno Nacional surgida desde el conflicto con el Campo, cuando Néstor Kirchner era quien aún tomaba las decisiones  se ha ido acrecentándose y tornándose un hecho de conocimiento público por ambas partes en conflicto. La cadena nacional y  los tantísimos lugares que tiene el Grupo para expresarse son el campo de batalla. La ley 26522 de medios audiovisuales busca que las 237 licencias que posee el multimedio disminuyan rápidamente pero después de 5 años de su sanción, nada ha cambiado.
El kichnerismo logró un triunfo que cambió la historia de manera abrupta. De un día para el otro el imperio que Clarín creó en poco tiempo, acrecentando una fortuna impensada en sus cuatro dueños y además haciéndolos conductores de la información en todos los niveles de comunicación se vio obligado a deshacerse, desintegrarse.  La ley establece que en la división no pueden ser familiares ni tener vínculos entre si las personas que manejen las partes del grupo, aun no se han designado quienes poseerán las partes que conforman a este gigante.
Se ha logrado extender los tiempos, ¿se espera que Cristina termine su mandato para aplicar la ley? El logro solo fue en palabras. Los cinco números, cinco años después no han transformado nada. Clarín continúa poseyendo las muchísimas empresas que compró y creó con un éxito sorprendente. Cablevisión, TN, Canal 13, Artear, y tantos más son con quienes no puede Cristina por más que lo intente en su batalla por el poder.
Un gobierno que pone sus fuerzas en lucha con un medio gigante y aun, al fin de su mandato no encuentra forma de quebrarlo. Lo intentó con la invención de futbol para todos e hirió a una de sus ramas más fuertes, TYC SPORTS, lo intentó con la ley que aún no se aplica, es una incertidumbre si lo seguirá intentando en lo que le queda por gobernar-


Musca Antonela 

Los medios y su lucha por el poder


Quién grita más fuerte

Desde finales del siglo XX se ha percibido un gran cambio en los medios de comunicar y su forma de transmitir los acontecimientos relevantes que suceden en el seno de la sociedad. La globalización y la expansión del capitalismo por todo el planeta han generado una nueva lucha que tiene a la noticia en el centro de la disputa, pero a su vez convierte a sus comunicadores en empresas en conflicto constante por sus intereses.
            En la Argentina, durante los últimos siete años, este clima se ha tornado una instancia de conocimiento público y cotidiano revelado a partir del fin de la alianza entre el ex presidente Néstor Kichner y el multimedios más poderoso, el grupo Clarín. Esa ruptura produjo la dicotomía actualmente latente en el ámbito periodístico. O pro gobierno u oposición.
            ¿Quién dice la verdad? ¿Quién miente? Los mensajes que se difunden a diario sobre los mismos temas no llegan a todos por igual. La lucha por el poder que originó años atrás entre el gobierno y los medios de comunicación, ya convertidos en empresas que actúan por sus intereses propios, interfiere en la transmisión de las noticias a los que hoy son sólo clientes.
            Lo público de las diferencias entre quienes dirigen el país y quienes lo informan se pudo evidenciar en las palabras de la mismísima Cristina Fernández quien en reiteradas oportunidades ha utilizado la Cadena Nacional para expresar sus ideas sobre el periodismo. Sus “rivales”, que tampoco se han quedado atrás, hicieron de sus titulares y tapas, un lugar para expresar sus ideas.
            Engrandecer los logros del funcionario o minimizarlos hasta casi ignorarlos. Resaltar las falencias y carencias, hasta santificarlo. Ser la “Opo” o ser “NacPop”. Lo claro es que los medios de comunicación, con la noticia como rehén se tornaron empresas que en el área en que les toque combatir, ya sea papel, pantallas o en el aire, exponen la realidad según su criterio e intereses.



Antonela Musca